Mi camino personal hasta llegar a FOCUSING
Una sucesión de eventos ha traído, como resultado, que hoy sea un día híper reflexivo para mí y quisiera compartir con ustedes cuál ha sido mi recorrido hasta llegar a FOCUSING, y cuál ha sido el resultado de llegar a él.
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Por motivos altamente dolorosos y traumáticos relacionados al ambiente familiar en el cual crecí, y ya desde muy pequeña (creo que tanto como mis 3 ó 4 años), la forma en que mi cuerpo encontró para protegerme de la realidad caótica que estaba vivenciando fue la Disociación. Este mecanismo de defensa genera un bloqueo frente a contenido doloroso, peligroso e inaceptable para la conciencia. En mi caso, la forma en la cual la disociación se manifestó fue una Amnesia Disociativa, provocando que mi conciencia “se retirara” para evitar que mi Yo se desorganizara o derrumbara. El resultado: sí, sé que estuve ahí porque mi cuerpo aparece en esa foto, ¡pero YO NO ESTABA AHÍ!
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Vivir mi vida como si yo no fuese dueña de ella, justamente por “no estar ahí” trajo aparejado un sufrimiento constante y una sensación de “estar fallada”. Y, si bien recuerdo esa manera de funcionar con una gran pena por lo que yo podría haber llegado a ser, si las condiciones externas a mí hubiesen sido amables y amorosas (pero, lamentablemente, resultaron ser lo opuesto), también siento una gran gratitud, alegría y confianza por este cuerpo sabio que supo que esa manera interna disociada de funcionar fue lo mejor para mí, fue la manera en que mi cuerpo me cuidó para no sufrir más o, incluso, derrumbarme psíquicamente o desarrollar un Trastorno de la Personalidad. Tan sabio es mi cuerpo, que mantuvo su “buscador interno” (algunos lo llamarán faro interno, tendencia actualizante o sabiduría organísmica) siempre encendido, buscando eso que él sabía estaba del otro lado de esa frontera interna que sólo había que encontrar y tocar con la amorosidad y confianza que, desde fuera, nunca habían existido.
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En ese camino de búsqueda aparecieron el Counseling Sistémico y el Humanístico y, asociados a este último, el Ensueño Despierto y, finalmente, FOCUSING, ese enoooorme amigo amable que acompaña a escuchar con curiosidad y cuidado aquello implícito en el cuerpo (el cuerpo como un todo).
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Así es como pude volver a asociar lo disociado, a escuchar la voz de mi sabiduría interna que me decía que ya no hacía falta esconderse por temor, ya que aquí dentro estaba la seguridad que, desde fuera, no se me había posibilitado construir.
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Y así, también, habiendo habitado lugares complejos y dolorosos para abrazarlos y sanarlos, es que hoy deseo acompañar a otros a lograrlo en sus vidas.
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Es mi mayor deseo que todos puedan beneficiarse con FOCUSING, sea de este modo tan dramático y radical como yo lo vivencié o tan sólo para acompañar sus mundos internos a recuperar y/o expandir su luz.
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¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS!
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Por motivos altamente dolorosos y traumáticos relacionados al ambiente familiar en el cual crecí, y ya desde muy pequeña (creo que tanto como mis 3 ó 4 años), la forma en que mi cuerpo encontró para protegerme de la realidad caótica que estaba vivenciando fue la Disociación. Este mecanismo de defensa genera un bloqueo frente a contenido doloroso, peligroso e inaceptable para la conciencia. En mi caso, la forma en la cual la disociación se manifestó fue una Amnesia Disociativa, provocando que mi conciencia “se retirara” para evitar que mi Yo se desorganizara o derrumbara. El resultado: sí, sé que estuve ahí porque mi cuerpo aparece en esa foto, ¡pero YO NO ESTABA AHÍ!
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Vivir mi vida como si yo no fuese dueña de ella, justamente por “no estar ahí” trajo aparejado un sufrimiento constante y una sensación de “estar fallada”. Y, si bien recuerdo esa manera de funcionar con una gran pena por lo que yo podría haber llegado a ser, si las condiciones externas a mí hubiesen sido amables y amorosas (pero, lamentablemente, resultaron ser lo opuesto), también siento una gran gratitud, alegría y confianza por este cuerpo sabio que supo que esa manera interna disociada de funcionar fue lo mejor para mí, fue la manera en que mi cuerpo me cuidó para no sufrir más o, incluso, derrumbarme psíquicamente o desarrollar un Trastorno de la Personalidad. Tan sabio es mi cuerpo, que mantuvo su “buscador interno” (algunos lo llamarán faro interno, tendencia actualizante o sabiduría organísmica) siempre encendido, buscando eso que él sabía estaba del otro lado de esa frontera interna que sólo había que encontrar y tocar con la amorosidad y confianza que, desde fuera, nunca habían existido.
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En ese camino de búsqueda aparecieron el Counseling Sistémico y el Humanístico y, asociados a este último, el Ensueño Despierto y, finalmente, FOCUSING, ese enoooorme amigo amable que acompaña a escuchar con curiosidad y cuidado aquello implícito en el cuerpo (el cuerpo como un todo).
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Así es como pude volver a asociar lo disociado, a escuchar la voz de mi sabiduría interna que me decía que ya no hacía falta esconderse por temor, ya que aquí dentro estaba la seguridad que, desde fuera, no se me había posibilitado construir.
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Y así, también, habiendo habitado lugares complejos y dolorosos para abrazarlos y sanarlos, es que hoy deseo acompañar a otros a lograrlo en sus vidas.
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Es mi mayor deseo que todos puedan beneficiarse con FOCUSING, sea de este modo tan dramático y radical como yo lo vivencié o tan sólo para acompañar sus mundos internos a recuperar y/o expandir su luz.
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¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS!
"Y quienquiera sea su propio refugio para sí, no busque ningún refugio exterior, sino que se atenga a la verdad como su propia pauta y no busque refugio en nadie más aparte de sí mismo: ¡ése será el que alcance la altura suprema!"
-Buda
-Buda
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